EL HOMBRE BLANCO Y LA SERPIENTE

Cuenta una leyenda que un hombre blanco encontró una serpiente inmovilizada por una pesada piedra. El hombre blanco se apiadó de la serpiente, levantó la piedra y la liberó. Cuando la  serpiente se vio libre trató de morder al hombre. El hombre blanco dijo, “¡Detente! Antes de morderme busquemos a quien pueda darnos una opinión al respecto”. En el camino se encontraron con  una hiena y el hombre le preguntó, “¿es correcto que la serpiente quiera morderme, después que yo la rescaté sacando la piedra que tenía encima?”. La hiena, que pensaba en tener una parte del cuerpo del hombre blanco, dijo, “yo creo que la serpiente tiene todo el derecho de hacerlo”. La serpiente trató de morderlo de inmediato pero el hombre blanco dijo nuevamente, “¡espera un poco, podríamos oír una tercera opinión!”. Vino un chacal y el hombre blanco le preguntó, “¿es correcto que la serpiente a quien ayudé, quiera morderme después de haber levantado la piedra que la aplastaba? El chacal replicó, “yo no creo que una sencilla piedra pueda atrapar a una serpiente a menos que lo vea con mis propios ojos. Vamos al lugar donde ocurrió para ver si es verdad”. Cuando llegaron al  lugar donde ocurrió el chacal dijo, “serpiente échate y permite que te cubra la piedra”. La serpiente lo hizo y el hombre blanco puso la piedra encima de ella. Por más empeño que puso la serpiente no pudo levantarse. El hombre blanco trató de liberarla nuevamente cuando el chacal se interpuso y dijo, “no levantes la piedra. Como ella trató de morderte que ella misma trate de salvarse”. Dice la leyenda que ellos se fueron y dejaron a la serpiente debajo de la piedra.

PACHACAMÁC Y PACHAMAMA

Cuenta una leyenda Inca que Pachacamác, el Sol, se levantó suavemente del lago Titicaca. Fue tal su  brillo en el cielo que  no hubo nada que se comparara con él.  Como el cielo de la noche estaba vacío Pachacamác hizo las estrellas, los planetas y la luna.

Pachamama, la bella Luna, se convirtió en su esposa. Juntos gobernaron el cielo y la tierra.

Pachacamác creó a los primeros humanos con las piedras de una enorme montaña. Los primeros humanos fueron unas criaturas patéticas puesto que no sabían absolutamente nada de como sobrevivir en el mundo.

Entonces, el Sol y la Luna tuvieron un hijo y una hija. Compadeciéndose de los humanos enviaron a sus hijos a la tierra para ayudarlos.

El hijo de Pachacamác enseñó a los hombres a arar, a plantar los campos y a construir casas. La hija de Pachamama enseñó a las mujeres el arte de tejer y a preparar los alimentos.

“Enseñen a los humanos a ser amables y justos. Yo les proveeré luz y calor cada día sin fallar; pero eso sí, asegúrense que ellos nunca olviden a sus creadores”, dijo el Sol.

Dice la leyenda que los hijos de Pachacamác se convirtieron en los primeros incas del Tahuantinsuyo.

DIVISIONES DEL LEÓN

Cuenta la leyenda sudafricana que un día un león, un lobo y un zorro salieron juntos a cazar. Ellos cazaron un burro, una gacela y una liebre. El león le dijo al lobo, “Señor Lobo, usted podría dividir la carne de la gacela para nosotros hoy día.” El lobo respondió, “Yo tengo una mejor idea, señor. Para usted sería el burro, para mi amigo el zorro sería la liebre y para mí, yo estaría contento con tomar solo la gacela. Al oír esta propuesta, el león se puso furioso. Levantó su poderosa garra y golpeó al lobo en la cabeza. El golpe fue tan fuerte que el cráneo del lobo se rompió y murió en el acto. El león habló al zorro, “ahora, tú podrías tratar de dividir nuestra comida de la mejor manera.” El zorro habló solemnemente y dijo, “la carne de burro será su almuerzo, señor, la carne de gacela puede ser la comida de su majestad y la liebre para su desayuno de mañana.” Sorprendido, el león le respondió, “¿Cuándo aprendiste tanta sabiduría?” El zorro respondió, “cuando oí romperse el cráneo del lobo.”

DE CÓMO APARECIERON LOS ENANOS EN LA TIERRA

Cuenta una leyenda nórdica que Odín, el creador de todas las cosas, padre de los dioses, señor de la guerra y padre de los muertos gloriosos, derrotó al gigante Ymer. De la carne del gigante Ymer fueron engendrados los enanos que aunque tenían forma humana poseían una inteligencia superior a los hombres. Vivían en las más profundas cuevas de la tierra. A cuatro de ellos Nordi, Sudri, Ausstri y Vesti se les dio el encargo de soportar el cielo. Estos, dice la leyenda, simbolizan los cuatro puntos cardinales: Norte, sur, este y oeste, respectivamente.

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CREACIÓN DEL HOMBRE

Cuenta una leyenda nórdica que en una ocasión Odín y sus hermanos caminaban por una playa cuando divisaron los troncos de un fresno y un aliso arrastrados por las olas. Del fresno crearon un hombre al que llamaron Ask y del aliso crearon una bella mujer que llamaron Embla. Ambos al inicio tuvieron la vida de un árbol hasta que los dioses les dieron mente, voluntad y deseo. Odín, les dio un alma y la capacidad de respirar. Ve, les otorgó las facultades de hablar, oír y ver. Vile, la capacidad de pensar y moverse.

De ellos, dice la leyenda, descendería la raza humana.

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LAGUNA DE PACUCHA

Cuenta la leyenda de Apurímac que en las inmediaciones de lo que hoy es la laguna de Pacucha existía un pintoresco pueblo. Dice la leyenda que se realizó, cierto día, un matrimonio al cual asistió la gente acomodada del pueblo. En lo mejor de la fiesta se presentó un harapiento anciano con la intención de entrar. Los padres de la novia gritaron: ¡Saquen a ese viejo apestoso de nuestro hogar! 

Los invitados se extrañaron de su presencia, sobre todo porque los perros del pueblo no lo habían mordido ni ladrado como hacían con cualquier pordiosero que entraba al pueblo. ¿Qué extraño personaje es aquel anciano? Pensaban.

La novia en un arrebato de cólera gritó: ¡Qué no ingrese! ¡Qué no ingrese!  Mientras el novio asentía con la cabeza. Fue entonces que el anciano no ingresó a la fiesta y dando media vuelta se alejó. Caminando por las calles encontró una casa donde una señora molía máchica. 

- ¿Me permite ingresar? - preguntó el anciano.

- Por supuesto, pase, adelante - respondió ella.

La señora le ofreció un cuero de oveja para que tomara asiento y no se ensuciara la ropa. Al mismo tiempo le alcanzaba un plato de máchica con un vaso con agua.

El anciano le dijo:

- Alista de inmediato un atado de provisiones, coge a tu oveja y a tu bebé.

La mujer obedeció sin responder palabra alguna. El anciano la llevó a un lugar alejado del pueblo indicándole que fuera a la parte más alta del cerro. Le dijo que no mirase atrás porque de lo contrario se convertiría en piedra. Mientras ella ascendía a la cumbre escuchó ruido extraños que provenían del pueblo. No soportó la curiosidad y voltear vio como las casas del pueblo caían producto de un tremendo terremoto y de las profundidades de la  tierra mamaba gran cantidad de agua que cubrió todo el pueblo. Nadie sobrevivió.

La señora, su bebé  y su oveja quedaron convertidos en piedra.

Dice la leyenda que ese anciano era Dios.

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LAS TRES MARÍAS

Cuenta una leyenda moche que la Luna se había enamorado perdidamente de un hechicero mochica. Para poder obtener su amor la Luna se convirtió en una hermosa mujer. Mas, a pesar de sus constantes requerimientos fue menospreciada por el hechicero porque él quería dedicarse por entero a las actividades de su oficio.

Fue tal la insistencia de la Luna, convertida en mujer, que el hechicero para deshacerse de ella fingió aceptar su amor llegando incluso a aceptar la realización de la ceremonia matrimonial

Durante la ceremonia nupcial se colocó entre ambos novios una vasija de barro nueva conteniendo harina de maíz. Se encendió una hoguera, que ambos avivaron soplando y una vez que el fuego coció la torta, el más anciano de los concurrentes a la ceremonia dijo: "Ahora están casados y forman una pareja. Están obligados a compartir el mismo cariño, a compartir las pena y alegrías, tal y como han atizado esta hoguera, los dos juntos. Como las llamas de esta hoguera su amor no disminuirá ni se mostrará indiferente porque en ustedes hay ligadura de un solo afecto."

Y con estas palabras terminó el ritual matrimonial esperando únicamente que la torta de maíz se enfriara para ser dividida y repartida entre ambos novios. Pero como el hechicero mochica había asistido al acto con el deliberado propósito de no cumplirlo, hizo un hechizo sobre la torta de tal forma que esta conservara su calor y al no poder repartirse el matrimonio no tendría validez alguna.

La Luna se dio cuenta del hechizo que sufría la torta de maíz al leer en la mente de su consorte sus pensamientos más recónditos. Castigó al mochica por haber robado su amor colocándolo en el firmamento. Así se creó, dice la leyenda, la constelación de las Tres Marías. De las tres estrellas la del medio es el hechicero mochica, las dos de los extremos son dos ardientes guardianes que no lo dejan escapar.
Desde entonces la Luna nunca más se convirtió en mujer. Desde entonces nunca más la Luna se volvió a enamorar. Eso es lo que cuenta la leyenda.

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